ARTÍCULO DE DIVULGACIÓN- TEORIAS DE COMUNICACIÓN
Alumnas de Comunicación Audiovisual
Caverzasi Lucia
Schargorodsky Emilia
Soriano Uribe Delfina
En la actualidad, el mundo produce alrededor de 1500 millones de toneladas anuales de residuos, lo que alcanzaría para cubrir la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) hasta la altura equivalente a un edificio de siete pisos, tal como indica el último Informe del Estado del Ambiente, elaborado en 2017 por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS) de la Nación. Según el nuevo informe del Banco Mundial titulado What a Waste 2.0: A Global Snapshot of Solid Waste Management to 2050, si no se adoptan medidas urgentes, para 2050 los desechos a nivel mundial crecerán un 70 % con respecto a los niveles actuales. Los plásticos son especialmente problemáticos. Si no se recolectan y gestionan adecuadamente, contaminarán y afectarán los cursos de aguas y los ecosistemas durante cientos, sino miles, de años. Según el informe, en 2016 se generaron en el mundo 242 millones de toneladas de desechos de plástico, que representan el 12 % del total de desechos sólidos. A partir del volumen de desechos generados, su composición y la manera en que se gestionan, se estima que en 2016 el tratamiento y la eliminación de desechos generaron la emisión de 1600 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente, lo que representa alrededor del 5 % de las emisiones mundiales. Es por ello que la economía circular surge como un paradigma económico alternativo al clásico modelo capitalista-liberal que desde hace ya siglos se ha dedicado a fomentar el consumo exacerbado y la producción excesiva que ha desencadenado en serios problemas socio-ambientales que hoy en día atentan con la existencia de todos los seres vivos.
Retomando tanto las teorías de la comunicación funcionalistas, como las críticas podemos decir que la ontología de los medios de comunicación se basa en comunicar, valga la redundancia, por lo que podemos concluir que desde sus comienzos han tenido cierta influencia en la producción de subjetividades de la sociedad y de construir la opinión pública ya sea mayor o menor escala.
Es por eso que decimos que es a través de los medios que somos capaces de conocer las distintas realidades, aquellas que muchas veces no vivimos, o en caso de hacerlo, aquellas que tal vez no somos capaces de ver. Los medios de comunicación no solo involucran los tradicionales como lo son la televisión, la radio o el diario, sino que también se trata de los nuevos medios, las redes sociales, todos resultantes de los avances tecnológicos.
De todos modos, creemos que resulta un tanto simplista y reduccionista caer en el viejo discurso que instala que los medios son agentes manipuladores de masas, por lo que nos servimos de las herramientas de los culturalistas y realizamos un estudio etnográfico en la ciudad de Córdoba en el que les preguntamos a los y las participantes sobre la manera en la que adquirieron información acerca de las prácticas y publicidades propias de la economía circular y estos fueron los resultados:
Tal como establece Marshall McLuhan, el medio es el mensaje, ya que si bien el contenido del mensaje puede ser el mismo, cada medio debido a sus características, ideales y contexto en el que se presenta le otorga su cuota de subjetividad la cual penetrará de diferentes maneras en los receptores. Es por eso que podemos ver el rol que cumplen tanto los medios tradicionales como los nuevos medios digitales.
A partir de estos resultados, entendemos que los nuevos medios digitales y las redes sociales son los principales influyentes en la construcción de subjetividad en cuanto a esta cultura emergente, ya que son los principales canales por los que fluye este tipo de información para llegar a la sociedad, teniendo en cuenta que hoy en dia estamos en constante contacto con estos y que básicamente son quienes imponen una forma de ver el mundo y construir la realidad. Es por ello que podemos decir que los medios digitales orientan y organizan la trama posmoderna en relación a la economía circular presentando así una relación de tensión entre el modelo económico capitalista-liberal clásico y el modelo de economía circular que pone en jaque las formas de consumo modernas y propone nuevas formas de consumo consciente que nos encaminan hacia un paradigma ecológico.
Teniendo en cuenta que el 54.1% de los participantes de la encuesta respondió que sí está al tanto de los temas que trata la economía circular, podemos decir que vivimos en una sociedad que cada día está más alerta del fuerte cambio climático que está atravesando el planeta. Una sociedad que siente más empatía por el mundo en el que vive, por lo que frenar las consecuencias del cambio climático se ha vuelto una prioridad. Esta situación hace que muchas personas eviten comprar productos de empresas que perjudican nuestro entorno y nuestra salud.
Al ser una cultura emergente cada vez más influyente en nuestras vidas cotidianas, muchas empresas buscan estrategias de comunicación y fórmulas diferentes para transmitir a la audiencia sus valores y su responsabilidad social corporativa con el medio ambiente, más aún teniendo en cuenta todas las consecuencias que trae consigo la manera en la que estamos acostumbrados a consumir y los métodos de producción que utilizan las industrias.
A la hora de consumir publicidades o campañas de las distintas marcas que “promuevan” este tipo de valores hay que tener en cuenta que muchas veces estas estrategias son solo comunicativas y no tienen nada que ver con los ideales o las prácticas reales de la empresa, que en realidad siguen elaborando productos que contaminan o que no respetan el entorno. Esta práctica es conocida como Greenwashing.
El Greenwashing es una estrategia de marketing que emplean algunas compañías, y que consiste en mostrar a la audiencia que son respetuosos con el medio ambiente a la hora de presentar sus productos o servicios. Pero lo que ocultan estas empresas es que en el fondo ni los procesos son amigables con el medioambiente ni en la cultura de la compañía.
Imagen de Qiarg.org
Dejando de lado el hecho de que Colgate saque un cepillo de bamboo significa que cada vez el movimiento de la ecología toma mas poder, la marca esta utilizando una tendencia del mercado y la está monetizando. La marca lanzo un nuevo producto que suma a la causa pero, ¿y el resto de los productos plásticos y descartables que producen a diario y de los cuales generan sus mayores ingresos?
¿Significa esto que Coca Cola es una empresa sostenible? Lo cierto es que no. A pesar de que las botellas “Life” están compuestas por el 30% de fibra vegetal, no es muestra suficiente del compromiso de Coca cola con el medio ambiente. Simplemente fue una estrategia de marketing para engañar a los consumidores.
En España, Mc Donalds realizó una campaña publicitaria en donde pintaron las fachadas de color verde. Sin embargo, esta imagen que intentaron proyectar no se corresponde con la realidad, porque ser respetuoso con el entorno no tiene que ver con pintar los restaurantes de color verde y mostrarse como “ecofriendly” si esas mejores no se perciben en la separación de residuos de la empresa, e incluso las cadenas de transporte de alimentos son tan largas que en muchos casos requieren el uso de químicos y otros componentes que jamás emplearía una empresa que realmente se base en esos valores.
Es por esta razón que resulta muy importante que los comunicadores sean conscientes de los mensajes que están generando, así como también los consumidores, como recptores, sean capaces de realizar una lectura crítica para lograr diferenciar estrategias de marketing del verdadero contenido con conciencia ambiental para cuando llegue la hora de consumir.
Es fundamental para disminuir nuestro volumen y cantidad de basura. De esta manera reducimos la cantidad que luego va a ser enterrada, entre ellos residuos tóxicos.
Al mismo tiempo también ayudamos a que se pueda recuperar aquellos materiales reutilizables o reciclables, alargando así, su vida útil.
Consiste en la compra de prendas de segunda mano y en la venta de aquellas prendas que ya no utilizamos. Este sistema propone mantener los recursos en circulación tanto tiempo como sea posible a través de productos que, una vez utilizados, se puedan re-convertir en nuevos productos sin necesidad de extraer nuevos recursos y materias primas del ecosistema.
ya que producen la misma cantidad de luz que las bombillas convencionales, con la diferencia de que consumen entre un 50% y un 80% menos de energía.
El compostaje permite reutilizar los residuos orgánicos reduciendo aún más el volumen de desechos que producimos diariamente.
De esta manera, se reduce la producción de bolsas de plástico ya que según la ONU de las cinco billones que se producen cada año, 70% de ellas terminan en vertederos afectando negativamente en el ambiente.
cuando no están en uso ya que los aparatos eléctricos que permanecen enchufados aún así no estén en uso suponen, de media, casi un 10% del consumo mensual eléctrico en cada hogar. Esto es lo que se conoce como “consumo fantasma”.
Aproximadamente de 5 a 10 litros van al desagüe por cada minuto que el grifo está abierto. Dejar el grifo abierto mientras se lavan los platos supone un gasto de 100 litros de agua, por lo que es crucial acostumbrarse a mantenerlo cerrado mientras este no sea necesario.
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